La Campaña del Enfermo de este año, en consonancia con el Jubileo 2025, lleva por lema “En esperanza fuimos salvados (Rom 8,24)”. La Iglesia en España inicia esta Campaña el 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes, con la Jornada del Enfermo a nivel mundial, y se cierra el VI domingo de Pascua, este año el 25 de mayo.
¿Qué dicen los obispos para la Pascua del Enfermo?
En esta Pascua del Enfermo, que se celebra el 25 de mayo, los obispos comienzan su mensaje dando gracias a Dios por el papa León XIV, recientemente elegido, piden por él, y hacen suyas sus primeras palabras y deseos de que la paz de Cristo «entre en los corazones y alcance a todos, que caminemos sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, con una Iglesia que busca siempre estar cercana especialmente a los que sufren«.
En el mensaje, los obispos indican que la celebración de la Pascua del Enfermo de este año, en pleno tiempo de celebración de la resurrección de Jesucristo -fuente de nuestra esperanza-, quedará en el recuerdo de todos por el fallecimiento «de nuestro queridísimo papa Francisco, a quien no dejamos de encomendar, y que ha culminado esa peregrinación de esperanza. A él le pedimos que nos siga acompañando en nuestra peregrinación por esta existencia terrena».
Los obispos subrayan que «el amor se pone a prueba cuando aumentan las dificultades y la esperanza parece derrumbarse frente al sufrimiento», pero en medio de la oscuridad «se percibe una luz, una fuerza que brota de la cruz y de la resurrección de Cristo».
En este sentido, indican en el texto que la enfermedad puede ser una ocasión privilegiada para tener ese encuentro con el Señor Jesús. «La enfermedad -añaden- entonces se convierte en ocasión de un encuentro que nos transforma; en el hallazgo de una roca inquebrantable a la que podemos aferrarnos para afrontar las tempestades de la vida; una experiencia que, incluso en el sacrificio, nos vuelve más fuertes, porque nos hace más conscientes de que no estamos solos». Por ello, recuerdan que «el dolor lleva siempre consigo un misterio de salvación, porque hace experimentar el consuelo que viene de Dios».
Para finalizar, recuerdan a los enfermos, «que son un signo de dignidad y esperanza» y piden que la Virgen María les acompañe.