Manos Unidas denuncia la esclavitud del siglo XXI: millones de personas atrapadas por la trata

La trata de personas es una tragedia que afecta a casi todos los países, ya sea como lugar de origen, tránsito o destino de las víctimas. Y, por tanto, un desafío global que interpela a toda la sociedad. Para dar a conocer y denunciar las causas y consecuencias que esta flagrante violación de los derechos humanos tiene sobre la vida de millones de personas, la ONG Manos Unidas ha puesto en marcha la campaña «La vida no tiene precio».

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2022 había más de 50 millones de personas viviendo en condiciones de esclavitud moderna, de las cuales 27,6 millones sufren trabajo forzoso y 22 millones están atrapadas en matrimonios forzados. Por su parte, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alerta de que las mujeres y las niñas representan el 72% de las víctimas detectadas, especialmente en contextos de crisis humanitarias.

«Nuestra mirada se dirige a contextos de pobreza o conflicto donde los niños y niñas, junto con las mujeres, son las principales víctimas de un “negocio mundial” que, según Naciones Unidas obtiene cada año unos 150.000 millones de dólares de beneficios estimados», explica Bárbara Torres, Delegada Manos Unidas en La Rioja, si bien «no podemos ignorar las víctimas silenciosas, pues se calcula que por cada víctima identificada existen 20 más sin identificar».

En sus 66 años de vida, la ONG de la Iglesia católica ha podido comprobar cómo personas sin escrúpulos se aprovechan de la vulnerabilidad de personas sin recursos y sin formación para convertirlas en víctimas de una de las actividades que más degrada la dignidad de los seres humanos. «En estos años se han conocido realidades realmente sangrantes. Hemos sabido de niños vendidos por 30 euros para ser esclavizados en países de África. O de mujeres destinadas al trabajo doméstico en condiciones indignas o a la prostitución. Es como si el dinero pudiera comprar la dignidad de estas personas», asegura Torres.

Ante esta realidad, Manos Unidas refuerza su compromiso con la defensa de los derechos humanos y denuncia que la trata convierte a personas vulnerables en simples mercancías para el lucro de redes criminales. «Nosotros trabajamos en proyectos que no se limitan solo a atender a las víctimas, sino que actúan sobre las causas profundas de esta lacra como son la pobreza, la desigualdad, la falta de educación y la violencia estructural».

  • Benín: En el norte de Benín, una de las zonas más pobres del planeta, miles de niños y niñas son víctimas de trata y abandono. Manos Unidas, en colaboración con los Salesianos de Don Bosco, apoya desde 2017 un proyecto que rescata, protege y reinserta a menores en situación de riesgo. Más de 8.500 menores han recibido ya apoyo de este proyecto.
  • India: En las vías del tren de Varanasi, cientos de niños y niñas viven expuestos al abandono, la violencia y la trata. Muchos son huérfanos o han escapado de situaciones familiares extremas. Duermen en la calle y sobreviven como pueden, lejos de cualquier tipo de protección.
  • Perú: En las regiones fronterizas de Piura y Amazonas, la trata de personas es una amenaza constante. Muchas niñas y mujeres jóvenes son captadas con falsas promesas de empleo y terminan en redes de explotación. Manos Unidas, junto a Radio Cutivalú, trabaja para prevenir este delito a través de la educación, la información y el empoderamiento comunitario.

Como parte de su labor de sensibilización y Educación para el Desarrollo y con el objetivo de sensibilizar y movilizar a la sociedad, Manos Unidas ha lanzado una campaña de concienciación que pone el foco en las víctimas de esta “esclavitud del siglo XXI”. La organización quiere recordar que la vida no tiene precio: no se puede comprar, vender ni explotar a un ser humano. Cada vida es única, sagrada e inalienable.

La campaña incide, también, en la necesidad de hacer ver que la trata de personas es un problema que nos concierne a todos. «Con esta campaña intentamos explicar que no podemos dar la espalda a la dolorosa y cruel realidad de la trata. Porque, como advertía el papa Francisco en febrero de 2024 “si cerramos nuestros ojos y oídos, si permanecemos inertes, seremos cómplices (de ella)”», recuerda.

Por ello, con la campaña «La vida no tiene precio», Manos Unidas hace un llamamiento urgente para combatir la trata, para «luchar por la dignidad de cada ser humano y construir un mundo más justo, más libre y mejor para todos».

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