Retiro Diario para el Matrimonio - Semana del Matrimonio


“Construir la casa sobre roca”
Cuando nos ponemos manos a la obra para construir una casa, es preciso tomarse un tiempo y pararse a reflexionar. La clave para el éxito de nuestro proyecto pasa por no tener prisas y dedicar bastante tiempo a la fase de planificación. ¡Hacen falta unos buenos planos para una buena construcción! … Piensa en el caso del matrimonio. Los proyectos más importantes de nuestra vida no se improvisan, sino que se planean con minuciosidad. Cada detalle importa. Igual que una casa, nuestro matrimonio es un proyecto que precisa de fases de reflexión: ponernos delante de Dios y confrontar nuestra vida.
Podemos ya tener construida la casa, pero quizá no el hogar… ¿Captas la diferencia? No es lo mismo una casa que un hogar. Una casa es un local, un techo o lugar para vivir, sin más. Un hogar es donde la gente se ama, en otras palabras, una familia. En español, con la palabra “hogar” también se solía denominar al fuego central de la vivienda que permitía calefactar el edificio, cocinar los alimentos y aglutinar a toda la familia alrededor de esa hoguera chisporroteante… era un sitio ideado para compartir. Qué curioso, que tanto la palabra hogar como la palabra fuego vayan de la mano. Qué sugerente resulta esta asociación de ideas.
Por esta razón, si queremos diseñar bien nuestro proyecto, nuestro matrimonio, habrá que buscar un elemento central o columna vertebral que conecte todo: el objetivo es crecer en el amor, simbolizado en el fuego. El sacramento enraíza nuestra capacidad de amar, frágil y falible, en el amor infinito del Corazón de Cristo. De ahí brota una fuerza creadora, generadora del hogar, de la familia cristiana. El amor de Cristo realiza dos funciones. La primera es sanar nuestras heridas y la segunda es evangelizar o, lo que es lo mismo, sanar las heridas de otros.
Como bien sabes, en los planos de una casa distinguimos varias estancias. A lo largo de estas meditaciones reflexionaremos despacio sobre cada una de las partes de esta casa y la asociaremos con un texto del evangelio:
La idea que te proponemos en esta edición de la Semana del Matrimonio es recorrer, cada día del retiro, una de estas estancias; un ‘home tour’ en toda regla, para que a la luz de la fe y la Palabra de Dios planifiquemos cada ámbito de nuestro hogar.
El Recibidor: 13 de febrero
Primer día: El recibidor simboliza la relación que tenemos con los amigos, los compañeros de trabajo, el mundo exterior... Aquí meditaremos el pasaje de Marta recibiendo a Jesús en Betania (Lc 10, 38-42).
La Cocina: 14 de febrero
Segundo día: La cocina es el lugar destinado a preparar el alimento, por lo tanto, hace referencia a nuestra relación con Dios, que es nuestro alimento… Hoy meditaremos el episodio de la multiplicación de los panes y los peces (Jn 6, 1-15).
El Salón: 15 de febrero
Tercer día: El salón es el sitio donde hacemos vida, donde pasamos más tiempo. Pregúntate cómo manejamos el ocio en nuestra relación, el tiempo libre… Curiosamente, el diálogo de Jesús con Nicodemo nos dará unas claves interesantes para enfocar este aspecto (Jn 3, 1-21).
El Dormitorio: 16 de febrero
Cuarto día: El dormitorio hace referencia a nuestra parte más íntima, a nuestra corporalidad, afectividad y/o sexualidad… El texto del evangelio elegido para el día de hoy son las Bodas de Caná (Jn 2, 1-12).
El Cuarto de los Hijos: 17 de febrero
Quinto día: El cuarto de los hijos nos lleva a pensar en la vida familiar, en nuestra relación con los hijos… Se trata de un tema delicado que nos preocupa especialmente, por eso le pediremos a Jesús un milagro mientras reflexionamos acerca del pasaje de la curación del sordomudo (Mc 7, 31- 37).
La Habitación de Invitados: 18 de febrero
Sexto día: La habitación de invitados suele ser un lugar al que no pasamos demasiado, pero de una importancia fundamental. Este sitio nos empuja a reflexionar sobre la relación con nuestras familias amigas… Meditamos la curación del paralítico de Betesda (Jn 5,1-18).
El Trastero: 19 de febrero
Séptimo día: El trastero. Evidentemente, simboliza todas las otras áreas de la vida matrimonial que son importantes y, a menudo, “ocultas”. Pon ahí el dinero, la salud, el trabajo… Abriremos la Biblia por el episodio de la conversión de Zaqueo (Lc 19,1-10)